Ahora calla y quiéreme,
no preguntes como llegue hasta aquí,
no me pidas que te enseñe
el cansado camino que recorrí,
que importa que yo tuviera
una caguama en la mano
y tu lavaras unos vasos,
al fin y al cabo te conocí ahí,
ahora calla y mírame,
mírame esta boca,
mira estas palabras
como salen ardiendo por ti,
ve como se va desprendiendo
un cacho de mi alma
y lo cuelgo en tus oídos para ti,
piensa amada, esto no es casualidad,
hubieron tantos muertos,
hay tantos vivos,
tanto espacio,
tanto tiempo,
tantos mundos,
y coincidir...