Quiero fumar tu aliento y
Devorar tu alma y cuerpo
¡de un sólo viento!
Quiero regresar la verdad
Donde la segura soledad
No tropiece nuestra
solemne realidad
como el tiempo.
Redescubrirte, lentamente,
quiero...
huir y estrujar tu tierno y pálido velo.
Quiero conservar la inseguridad
y sensatez de tu rosado sello
entre mis dedos
mientras bautizas
mis orejas con tus cándidos
«¡ays, perro!».
Revestirte, cautelosamente,
quiero...
mirarte fijamente mientras
me inundo vehemente
en tus valles encarnados
y sin aliento socorro
el tibio contraste, tu barro,
el cielo, tu ardiente pulsar…
¡Ay, tu frágil rosal,
en mis labios tengo!
Despojarte, lentamente,
quiero...
forjar y avalar nuestro amor y alegría
como testimonio en el árbol de la Vida
nuestra valiente decisión
de ser pareja en este mundo
de suerte, nalgas, senos, y expresión
ya que «Ser valiente no sólo es cuestión
de Verte» pero ¿Cómo?
si... ¡ay, ay, tienes novio Lola!