Podemos iniciar preguntándonos:
¿La televisión y los medios de consumo digital se llevan parte de nuestra vida? Bueno, responder a esta pregunta no es tan fácil como parece a simple vista.
Pero si podemos suponer por un momento que el hombre desde tiempos inmemorables ha querido dedicar la mayor parte de sus esfuerzos a las cosas cómodas y placenteras. Ya sea que imaginemos la teoría evolucionista o la teoría de la creación, diremos que tanto en la una como en la otra. No se hallaban hermosas limosinas cruzando la ciudad, gente creyendo ser feliz porque escucha música en un \"MP4\", “MP3” y “IPod”, gente caminando como eternas marionetas mientras llevan una serie completa de películas en su mano.
Cantidad de jóvenes sentados frente a los computadores o computadoras, y otras tantas cosas por el estilo.
¡No ¡ En aquel tiempo las cosas se conseguían con mayor esfuerzo, menos comodidad y placer. O que dicen ustedes, ¿Acaso las personas si lograban sacarle a su propia existencia alguna clase de placer, a si no tuviesen una computadora por amante? O un \"Mp4\" “MP3” y “IPod”, por amigo inseparable? Quizás.
En todo caso el hombre estaba más cercano a la naturaleza y con ella pasaba hermosos momentos. Era uno con el cosmos. O ¿Esos momentos no eran tan hermosos como venimos diciendo, y si muchas veces terroríficos? Puesto que no era hermoso lo que experimentaba aquella persona que en determinado momento de su existencia, formaba parte de la cena o de la picadura de un animal salvaje o venenoso.
En todo caso al hombre no le quedaba más remedio que vivir con la naturaleza. Escuchar la música que descendía directamente de los bosques o de sus pulmones. Utilizar su imaginación más allá de lo cotidiano y común, antes que dejar que la computadora imaginara por él.
El hombre que pensaba, ahora el hombre es pensado.
El hombre hecho a la imagen y semejanza de las necesidades de quienes viven del consumo, y que a la larga le vendieron su alma al Diablo sin importar el sacrificio del ser humano, la destrucción de su imaginación. Y lo más grave del asunto, es que perdimos la capacidad de asombro.
Así como los cielos traen su roció y la tierra se hace fértil a su tiempo. Los medios de consumo digital han hecho de nosotros seres desconocidos entre nosotros mismos. Entes irrisorios que no encontramos más camino que el de la comodidad.
Si las epidemias han causado gran estrago entre los seres vivientes, los medios de consumo digital no se han quedado atrás. Puesto que han matado a la mayor parte de nuestros niños.
El niño ya no juega a crear historias fantásticas, su imaginación ya no es un infinito cosmos insaciable, y eterno como debería ser en su ser natural y anímico. Sino que ahora el niño crea sus propias historias fantásticas frente a una pantalla de computador.
Su imaginación son miles de millones de imágenes emitidas por un monitor, mientras su ser natural y primitivo, se hunde en la profunda laguna de la civilización tan aclamada por los hombres.
El enseñar nuevamente a leer a nuestros niños, y el darles a beber de ese precioso sumo y néctar sagrado de la lectura, es arrancarlos de la mano de la muerte.
Es darles una segunda oportunidad para soñar, para vivir, para ser libres, para fantasear, para que sean ellos mismos, y no otro ser ajeno a su propia existencia. Que sientan gusto por la lectura, que sientan gozo, que sientan placer, pero ante todas las cosas, \"que sientan comodidad\". José Orlando Melo naranjo, Bogotá, Colombia.