Miro tras los cristales
como una hoja
cae inexorable
mezclándose entre los rojos
y amarillos, del suelo.
Pienso, como esa hoja desprevenida
y caigo suavemente, sin parar
hasta la melancolía
de los rojos y amarillos.
Miro, en la ventana
ese cielo claro del poniente
y me inundo de recuerdos...
mientras sigo cayendo
con esa, una de las últimas
hojas del otoño.