Paisaje de arrayanes
retorcidos junto al lago,
niebla, bravos potros
retozando, galopando
crin al viento,
pisadas que tienen alas
con forma de libertad.
Corceles de mil guerreros
cuidadores
de dominios ancestrales.
Reino de las montañas,
de cañadas y de vados,
de volcanes encendidos
y de suelo generoso.
Patrones de los guanacos
del desierto,
y testigos de las nieves
en araucanas colinas.
nunca vieron hombre blanco
mapuches de piel bronceada.
Cuánto hubiera querido
vivir en aquellos tiempos,
lanzas, flechas y caballos
que volaban con el viento.
Indias de pelos largos,
ojos como almendras,
corazón enamorado
de su indio y del lugar,
cuidadoras de la raza,
su cultura y tradición.
La ambición descomedida;
ahogó toda una estirpe,
hombres fieles a la tierra
cazadores y guerreros.
Como libres de pecado.
llevaron en su codicia
oro para las guerras
y de la tierra sus frutos.
Pueblo hambriento;
desamparada y sangrante
quedó la tierra mapuche,
en nombre de otros reinos.