¡ Mas cómo podría decirte
amor mío... que su frágil
y eterna gracia,
apenas desdibuja la mañana
de acordes sincopados,
en las quebradizas y ocultas
catedrales de silencio,
apenas me abandono
por impuras,
y discordantes...
horas deslazadas,
entre labios amortizables
en el imperio entretenido
de aquellas súbitas...
e inmerecidas...
medidas desvestidas,
el aura desgajada
del entierro desmitificado
y breve...
de la noche primorosa,
se lacera de tormento
por la herida sublimada
del puñal...
en que se mira,
el recuerdo se entretiene
de cristal amortajado,
por cantar amordazado
y sufrir...
en sus loores... !
AUTOR. JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.