Ayer salí de casa
con una carpeta y diez años.
Pasé por el almacén,
cargado de sueños
y pobre en centavos.
Estacioné un viejo Renault
en la vereda cómplice del Tio Eduardo.
Dejé la llave puesta
en la puerta abierta
de un hermoso pasado.
Caminé por avenidas,
puentes, senderos y campos.
Pasé por la infancia,
corrí por la juventud.
Y tarde llegué a todos lados.