No tengo nada en las manos,
Solamente el corazón,
Si alguien quiere recibirlo
Se enriquecerá de amor;
No tengo cuentas bancarias,
Sólo cheques de pasión,
Mil depósitos de gloria
Y una cuenta de perdón;
Habrá alguien que valoré
Esta invisible riqueza,
Esta mi loca ansiedad
De antiquísima nobleza:
Si alguien me quiere aceptar
Le otorgo tan magra herencia…