Pobres cartas de amor,
que nunca logre enviar.
Las arroje con desprecio
en botellas a la mar.
Pude escribir un gran libro
que hablara de amores prohibidos,
desventurada alma que las encuentre
no quiero saber su destino.
Ha de odiarme en su andar,
por iluso y asesino.
Al dejar matar mi alma,
con amores de camino.
Hoy el silencio me cobija,
como cielo embravecido,
y temo de quien ama.
Pues, en él ya no confió.
Cartas de amores cobardes
que me nublan el mirar,
la ultima vez que las observe
iban bailando con el mar.