Darío Ernesto

Otoño desolado

Otoño desolado

Busquè en las sombras de la noche
Mediocre y vagabundo
Como arrastrado por el frio viento, de las madrugadas
Ver que nada se parece
Nada, nada.
Todo diferente, cambiante espesura y montaña.
¡Cuan combatiente, otoño y primavera simiente de un paisaje nuevo!
Cada año he  mirado este paisaje aun en mis canas.

Todo es nostalgia de ocres hojas, como almas en pena
Cuesta abajo mueren lentamente,
Junto al horizonte.
Busquè esta noche fría, esta noche de marzo
Una manta a mis sentimientos, alguna póstuma risa
Algún racimo dulce merodeado por las abejas
Y encontré este poema  de entre mis manos en la sabia dormida
Recordé a los pequeños pies de niño,
Pensé a mi madre buscando los acolchados,
Preparando, arropandonos, el nido abrigando a los polluelos.
Otoño de las doradas hojas del bello cerezo
¡Oh el durazno, mitad sombra, mitad hueso!
Se resiste el nogal el más bello, el más alto
Otoño de los pueblos del mundo, noches sin rumbo
Oxidente y sur
Amores de otoño.

Autor: Darío Ernesto Muñoz Sosa