He apostado al amor
sin condiciones,
a pecho descubierto,
a la mente sin razones.
Por qué fue el amor
que me hizo conocerte
y muy dentro de mí
negué el sentimiento
de que podía perderte,
y la fatalidad cayó
en premoniciones
sin que pudiera yo evitar
tu muerte.
Partido el corazón
como por un rayo
que desgaja un árbol,
inclemente, mi corazón
en tierra yace inerte
y erguido el orgullo
en reto permanece,
reteniendo tu vida y
haciéndote presente.
Aún hay savia de ti
nutriendo mis adentros,
haciendo florecer mis versos
que en amor pertinaz
a voces crece, llenando de emoción
este presente, aquel pasado,
y el futuro aún vigente,
sublimado el amor
quedará por siempre.
Tu voz y tus postulados,
tocan mis emociones
y mis manos acarician
los cuerpos etéreos
defraudados por místicas
ilusiones de amantes,
mis letras aun enamoradas
en poemas se disfrazan de rimas
y versos a veces casuales
a veces indolentes.
Por tu amor la apuesta creció,
y sin devaluar mi fe
por tu amor soy luna
que va contracorriente.