Ya no eres mía
Como las hojas que se desprenden,
de los árboles otoñales,
para volar y volar,
dejándose llevar,
con su cabecita libre,
de recuerdos...
Como una ola de mar,
que danza sin cesar,
sin ni siquiera importarse,
si es el sol quien la alumbra,
o si es la luna,
o si soy yo,
quien está espiándole.
Como una gota de lluvia,
que se olvidó del camino.
Como un pájaro que aprendió,
a volar de su nido.
Ya no eres mía.
¡Eres libre!
¡Eres del viento!