Quiero perderme en
el dédalo del lado
opuesto
al espejo
viejo
enmarcado en mármol
del gran Canal
Quiero surcar el cielo blanco
las nubes de oro en el eterno ocaso
Mientras mi mano languidece muerta
por la proa de nuestra góndola negra
desvaneciendo y llevándose el reflejo
del firmamento nacarado
Abriendo surcos entre las aguas inmensas
que inundan, salpican y llenan
Esta Sodoma irrigada
por sus millones de capilares y venas
de serenísimos canales
y opereta Rococó
Quiero contemplar desde mi insulsa barca
Las musas gráciles
de miradas gélidas
que despiertan sueños atroces
que admiran pasiones ciegas
latentes bajo este lago podrido
en la orgía del lujo
Se abren paso
entre Iglesias y Palacios
de tantos estilos
como de siglos han pasado
entre puentes de oro
joyerías y mercados
los riachuelos hasta el gran canal
Se abren paso
Fulanas enmascaradas
en plumas rojas
Se abren paso
Señoras enmascaradas
en plumas rojas
Curas y judíos
besándose los labios
Aquí en la tierra que no es tierra
En la frontera entre las profundidades
y el firmamento
En el purgatorio de excesos
Yo observo, las torres que suben
y sus reflejos
Navego en el espejo
¿qué habrá bajo la barca?
¿qué habrá arriba del cielo nublado?
Quiero que de las profundiades salgas
que me cojas de la mano
Encontrarte como a Moisés
Como un oh sole mio!
Como un se non è véro è ben trobato