Siento despedazárme cada instante que pienso arrancarte las ideas de los ojos. Muero cada vez que observo tu espíritu descender al más sombrío de los paraísos impuros. Sufro en el momento más milagroso porque el misterio siempre tiene la razón. Soy cobarde, muy cobarde para enfrentar la inspiración del límite. Lo impredecible que es el truco de la suerte me decepciona como una noche breve y sin estrellas ...