Alfredo Campos
RIO EN EL INFIERNO
- Te deseo ciegamente
- que en no muy lejanos días,
- te sobrevenga una suerte
- de ansiedades y agonías.
- Que no le sientas a nada
- gracia ni sabor ni agrado,
- que no te sientas amada
- y te den grandes enfados.
- Que miles de decepciones
- a cada paso te encuentres,
- y que el mundo te traicione
- y se rían de tu suerte.
- Que te den amor fingido,
- como el que tú sueles dar;
- que nunca encuentres marido
- que a ti te sepa apreciar.
- Que en el día de tu muerte
- lloren de felicidad,
- y que no se encuentren gentes
- que te quieran enterrar.
- Que te tiren en un foso
- negro y frío, como tú;
- que gusanos asquerosos
- te devoren en quietud.
- Y que tu alma en el infierno
- vaya a un lugar especial,
- para que el cruel fuego eterno
- te chamusque sin cesar.
-
- Que mueras hasta en la muerte,
- que no te tengan piedad,
- y para empeorar tu suerte
- ¡que al diablo le caigas mal...!
- En una noche de invierno
- yo también voy a morir;
- por este deseo enfermo
- al infierno me he de ir.
- Para colmo de tus males
- te hallaré en las llamaradas;
- son mis deseos finales
- reír de ti a carcajadas.