Este profundo silencio malherido
reclama un nombre que el tiempo no se lleve,
que sostenga firme nuestra existencia breve,
que sea origen, caminar, sentido.
Reclama un nombre para las horas mudas,
que abra corazones, sane heridas,
que sea la verdad, devuelva vida,
que llene soledades y soporte dudas.