Besé el paraíso
En una llama desgarradora
Que rompió con cualquier mito
A las bocas alarmantes.
Mastiqué el carozo
De aquella profunda decepción,
Que ya escupí con sangre.
Ahora volar por el cielo
Se hace posible con solo rozar tus labios
Pero escapar del laberinto de las ganas
Es algo que no quiero,
Que mi corazón no demanda.
Bárbara Barrientos