Fue un juego terrible
olvidarnos de nosotros
amar con furia bajo el fuego.
Fue un juego terrible
creernos que aun
el tiempo era nuestro aliado
que las miradas seguían siendo puras
y que tu corazón
aun me correspondía.
Fue terrible jugar
a esta decepción
a un mañana
frío y de viento
a unas manos que ya no tocaran
tu piel remota y alejada.