Con el cuerpo apresado en llamas
la cabeza en otro puesto
el corazón en el lugar equivocado.
Desgarro las puertas del infierno
tumbo las esperanzas
de encontrarte.
De pie ante la vida
escucho sus susurros,
mandando continuar.
Destrozada por dentro,
animada no sé con qué,
extiendo mis alas.
Las extiendo
y, siento que debo irme.
Que no hay lugar para mí.