Piernas temblorosa y paso lento
lo veo cada anochecer,
mientras recorre la casa
arrastrando sus descalzos pies.
Se siente en el presente pero
a la ves en el pasado,
sus largas historias no llegaran
a su fin, cada ves que las cuenta
las escucho como aquel
niño que fui... atento sin
perderme nada y cuando
las acaba se siente muy feliz,
sus tiempos de gloria y fracasos
me los cuenta a mi.
Se puede poner de mal genio
por su edad lo comprendo
que con un abrazo y un beso
se nos va el tiempo,
querido abuelo.