Un día con escarchas y aguaviento
el Sol sus rayos dio de buen quilate
juramos de verdad los esponsales
al darnos con pasión el puro beso.
Y no siendo diamante nuestro lecho
ni el cáliz de la vid da el espumaje
del vino que disfrutan los más grandes
posamos como posan en el cielo.
Y saben del columpio que nos mece
en este paraíso de las hadas,
es mucho ya el flüir de los cocteles.
¡Derrámase la miel en toda el alma
tu voz es del clavel…mi voz del alba…
la ruta del amor nunca se pierde!