Códigos marcados
en las yemas de mis dedos
por el estremecimiento
de tu piel erizada.
Códigos marcados
con la presión ejercida
por tus labios
que sellan mi boca.
Códigos marcados
por el brillo de tus ojos
en mis pupilas cuando
me pierdo en tu mirada.
Códigos marcados
en mi pecho azorado
por la candente llama
de tus palabras floridas.
Códigos marcados
en mi respiración
por el dulce ocaso
compartido en el abrazo.
Códigos marcados
por la grácil caricia
de tu cabello en mi rostro
cuando estás tumbada sobre mí.
Códigos marcados
por el prodigado aroma
de tus suaves muslos
alrededor de mis caderas.
Códigos marcados
por el fuego ardiente
que regala tu seno
a mi deseo doliente.