DESPUÉS
Escaldo un ciervo y disfruto de su olor
miro un cuervo y me horroriza su merodear
el ciervo me quitará el hambre
y el cuervo los ojos y las alas del volar.
Estrujo un momento y lo veo retirar
no lo sé
por qué se ha terminado la montaña
y termina el camino ya.
Ensayo pasos y me tiembla el paso al andar
después
no veo nada, ni la dicha, ni el silencio
y ni la tarde veo llegar.
Vierto un suspiro y dejo de respirar
es envés
de un insomnio que dormido se queja
al sol no resplandecerá.
Es espejismo, una ilusión, no es hambre
y ya sé
que ni el ciervo, ni el cuervo, ni mi andar
ni el momento. Ninguno. Todo se irá.
Lebusla
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