No sé qué escribir
por eso pondré lo primero
que me venga a la mente:
¡carajo! ¡tú!
¡Otra vez en mi pensar!
Tu rostro,
tu mirada penetrante
con largas pestañas
cubriendo las pupilas.
Tu sonrisa,
el acento de tus palabras,
tu pelo, tu olor,
tu cuerpo esbelto.
En resumen,
sólo tú. Siempre estás
en mi escritura
insuficiente,
en palabras atorados
en mi garganta que
no logran salir
cuando te veo.