Absorta y totalmente sumida en sus pensamientos, Cristina divaga entre un laberinto de un sin fin de senderos, que se muestran obscuros entre sus pasos, cree escuchar voces que exclaman, ¡pronto, acudan todos al refugio!, ahora el sonar de sirenas y el llanto de los niños le indican un camino de profundo dolor, y se pregunta, ¿que es lo que esta sucediendo?, y el inconsciente responde, ¡estallido social!, ya no escucha entre un sordo silencio que ha dejado el impacto de un explosivo a su lado. Le despierta el canto de un ruiseñor en las puertas del balcòn, y piensa en la escena de su amigo auxiliando aquel ave, nuevamente la inunda un profundo sentimiento de amor, -¿donde estàs querido mìo?, ¡que haces ahora!, quìzas me recuerdas al igual que yo lo hago siempre. -La sra. Juana abriò temprano la librerìa, voy a llevarle estas notas, espero le gusten, pienso incluirlas en la historia. -Hola Cristina que madrugadora, aunque alguien te lleva la ventaja, paso temprano preguntando por ti, -hola señora Juana, ¿y se puede saber de quien se trata?, -no simules conmigo querida, tu lo sabes muy bien, es ese nuevo amigo tuyo, ya lo se, ya lo se, linda, tienen afinidad en su mundo de letras, -que dice señora Juana, èl es solo un gran amigo y nada màs, -ya lo veremos, no me convenzas a mi, es a ti misma a quien tienes que convencer, (risas), - has traìdo las notas, -claro aquì estàn, espero le gusten`y me de su opiniòn. -En ese momento llega un cliente a la librerìa, y Cristina se sorprende.
y la vida continua...