Anoche vínome con esos ojos,
De precioso pelaje aquella águila,
Con ojos de calma y tierna alma llenos
Que rompiéronme de odio mi barrera.
Portaba el águila en una cajita
Un verde resplandor que el corazón
Llénome de una esperanza que espanta
Hasta la más triste pena y al monzón.
Eras tú, mi amor, volviendo a mis brazos.
¡Amor me llamabas! Acariciándome.
Cuan tiernamente mirabas mis ojos.
También un beso en los lábios me diste
Y un veneno desesperado mátome,
Pues de este triste sueño desperté.
16/5/16