Esa piel de color carmesí
traslúcidas venas
de columna alabeada
y de aovada silueta.
Desgajada de tu sostén estacional
en grácil vuelo te trasladas al último destino
eliges el mejor lugar
yaces, en una yacija de hojas muertas.
Estás avistando el edén
entre la desnudez de las ramas
en un perfecto collage
custodiando el árbol que en primavera te vio brotar.
Rubén Martín
11 de mayo de 2016