¡Ay Dios mío! si tú supieras...
Gorjeaba mi doncella un canto tan lindo que entenderlo me dio brega: era un himno al amor, muy expresivo, que la inocente alegre entonó.
Las notas que entonaba la doncella parecían ser lloradas de su adentro, se escuchaban cuan murmullos o lamentos que brotaban de su tierno corazón. Más, eran un desborde de alegría que su pecho no pudo contener.
Al viento abrió sus alas mostrando el entusiasmo que sentía, logrando alzar el vuelo rompiendo su partida el alma mía… dejándome, tan solo, la expresión de su canto.
PABEDIZ