Cuando más recuerdo el olvido, poco afecto queda, se desmorona la ceniza residual en los escombros de un amor en la memoria.
Eres la decencia de un recuerdo ya olvidado que en paz esta, y reposa en el infinito pasado de la nostalgia.
Cuanta falta hace aveces la alegría, que no se mide con tu tan sola presencia que ya no está; ya no la persigo como he dicho, ya no duele, esta en paz.
¡Ay amor! no creo en los milagros, pero el tiempo es uno de ellos, y esperare a que el olvido aya devorado tu adorado recuerdo, que sin él, me encuentro en paz.
Marc Téllez González.