El borde exterior
Andanadas que vuelcan galeones
son sorpresas atenazadas de la vida inquita
caminan sobre el filo de la navaja
tienden soplos de aire en las cuerdas
de los sentimientos escapados al sol.
Penumbra en la oscuridad
sonidos que se mutilan en anatemas
hilo hilvanado en casquerías repudiadas
sorbos de arena que enajenan la posterioridad.
Borde exterior, universo oblicuo
aderezado en las constantes de los sortilegios
hebras de semen que filtrean con la dicha
pesquisas áureas de intransigencia perenne.
El caracol se desliza por el filo de la hoja
en la navaja que no corta, y que es camino
como la decencia, lo hace sobre la verdad
nadie es realidad, todo está hecho de farsa.
El borde exterior, el borde exterior de los sentimientos
del alma que se vislumbra naciendo, muriendo
vida en el pedestal de los bajíos iluminados
trama que no pertenece , se fué, ausente, en soledad.
Si la tragedia esgrimida se antoja huera
no es por menoscabo de su cincel
es el hombre que golpea el martillo
que cansado de la agonía, fenece
ante la forma que jamás será perfecta
del ser al que ama, y no puede crear.