Llegaste repentinamente,
asi nada mas como cuando
una colibrí se posa en una
piedra en busca de dulzura.
Asi te acercaste y entre cada
aleteo dejabas tu aroma,
tu perfume de mujer
en mi ser.
Lentamente fui cayendo a tus brazos
y a tu amar, tan fugaz pero tan fugaz
fue, que en un abrir y cerrar de ojos
para mi sorpresa ya no estabas.
Solo guardo
en mi mente,
ese instante cuando
me alteraste.