Estabas allí simplemente esperándome,
Solo tú mirada, y sin saber que decir;
Hablamos, bebimos, nos embriagamos
Y nos hundimos en las aguas de nuestros cuerpos.
Sabía que he de encontrarte en algún camino,
Y estabas allí, hermosa y entregada,
Como esperando una vida que te habían robado;
Y yo te entregue la mía en tus manos.
Los años de tu existencia no logro alcanzar,
Soy más joven que tú; hermosa flor,
Pero, mi alma y la tuya son de igual edad;
No puedo detener el tiempo,
Solo mi amor entregar.
Te quiero aunque no sé quién eres,
Te deseo porque te siento mía,
Te extraño porque eres parte de mi alma;
Y te agradezco porque me brindas alegría.