Cierra la noche. La luna
Muestra su frío semblante
Huyendo su mala fortuna
Va un caballero andante.
Cabalga absorto, callado
De armadura puesta
De corazón ampollado
Mas con la cabeza, enhiesta.
Pasa los campos en niebla
Los montes y las florestas
Se adentra en la tiniebla
Rememorando sus gestas.
Antes, por sergas gloriosas,
Fue rico y muy respetado;
Llegadas las horas penosas
Fue de su reino echado.
Triste está, mas no desconfía
Pretende bregar, austero
Recorre la noche sombría
El Caballero de Hierro.
Tiene el alma forjada
Por los percances atroces
Y en su ánima helada
No viven afectos feroces.
Pasa, las sombras cazando
Buscando la dicha remota;
Su gélido cor calentando
Reluce la luna inmota.