"¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada?" Jorge Luis Borges
Por primera vez no quiero pensar, me duele hacerlo sin dormir o tan solo suspirar en el hilo de sus labios, donde los truenos desoyen los latidos de mi anhelo como adarga fulminante que revierte cualquier hechizo tiznado con palabras que deshojan a las nubes marchitas por el frío.
Lluvia indulgente, llévate contigo mis silencios, que fluyan por mi cuerpo como ríos que desembocan en el mar del olvido, donde no recuerde la mariposa de su boca o la sombra de su alba, y así, pueda ser libre del fervor que por él mi corazón achispa.
Quemaré mis manos sobre hielo para dejar de sentir, sin permitir imaginar el sueño de sus ojos por temor a verle otro rostro y adormecer los espasmos de mi nombre que con besos invisibles esbocé sobre su piel.
Clavel Rojo Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados.