Tomaré tu mano, la que gentil me ofreces
la que afable me guía por el camino sereno
de la que sin dudas, sin riesgos puedo sostenerme
sin importar el peso que en mis hombros llevo.
Recurriré a ti en mis breves ratos de felicidad,
y a tu lado me hallarás en aquellos de aflicción
segura, fiada de que en silencio me entenderás
sin preguntas, censuras, reproches ni condición.
Cuando mis ocultas fantasías no me dejen en paz
y en mi pecho atormentado no quepa un suspiro más
cuando haya palabras desesperadas queriendo respirar
y en mi garganta muda un nudo no las deje escapar.
Me despojaré, sí, de todo sentimiento que me cubra
sin que me abrume mostrar mi absoluta desnudez
callarás mis íntimos secretos sin que nadie descubra
que mi pasión escondida tiene fuerza de mujer.
Mi fragilidad, junto a ti se convertirá en fortaleza
aferrándome a ti cual niño aprendiendo a caminar
yo te seguiré en busca de sosiego y paz, esa es mi promesa
tomaré tu mano, sujeta la mía, no la sueltes nunca más.