María perdía memoria con 70 años,
su esposo Fernando estaba preocupado
observa su deterioro mental progresivo.
El médico le acaba de diagnosticar Alzheimer,
María exclama:
aunque mi mente se deteriore,
pierda mi memoria y mis facultades.
Algún día no podre reconocer tu cara,
ni pronunciar tu nombre
y terminaré olvidándote,
hasta que finalmente me quede inválida
sentada en una silla de ruedas.
Yo te amo Fernando
y quiero que me acompañes
me cojas y acaricies mi mano,
me digas te quiero
y estés conmigo
hasta que exhale mi última respiración.