Proverbios 31:4-7
Tambaleando, como luchando con la gravedad;
Así camina aquel desdichado
Con rostro desencajado
Ropa arrugada y cabello desaliñado,
Dirás que es solo un borracho en su ansiedad
Y quizás esa no sea toda la verdad.
Bien decía la sagrada escritura;
Cuando aquella madre a su hijo Salomón reconvenía:
“No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;
No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.
Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más”
Entonces para qué juzgar al ebrio desdichado;
Si su pasado o sus penas desconocemos
Tremendo mal en la bebida vemos
Hogares destrozados conocemos
Tristeza veo en aquellos hombres, de rostro malhumorado
Que tratan de olvidar sus penas del pasado.
Pobre de aquel que su costumbre no es libar;
Bebe mi amigo si ese es tu caso
Bebe y llora hasta que mengue el ocaso
Bebe y llora por el mal paso,
Sé que solo tratas, memorias quebrar
Y de esos recuerdos tu vida aliviar.