Me queda seguir la angustia de la esperanza,
total… , por años me acompañó y la he experimentado;
tu creencia es no confiar en la palabra,
sino en hechos; y de hechos, tu muy poco has arriesgado.
Tus vaticinios, de que no sirvo, por razones ínfimas
son excusas para dejarme, irte, completar tus burlas
caladas en mis sentimientos, de los que ahora te ríes
y celebras ganar con tus intensas carcajadas,
que liberan tu odio hacia alguien enamorado.
Nadie va a cambiar tu forma de ser; alegaste y
lo demostraste, con volverme a rechazar
manejándome con la mentira,
de que por siempre me has amado.
Si huyes hacia lo que sea porque eres una profesional,
una madre antes que todo,
yo también tengo madre, hijos,
parte del mundo me conoce y no me doy ese alarde
ante nadie ni ante ti,
no soy amigo de la vanidad,
porque no lleva a ningún lado.
Soy un hombre humilde, de sentimientos puros,
y si juzgas a un Poeta desconfiando de su palabra
por compararlo con otros que jamás te escribieron nada,
si acaso te quisieron; dime: en verdad te hubieran cambiado?
Temes darme la cara, y arreglas todo por medios
donde los ojos no se ven, resaltando cobardía,
miedo, pánico, porque al estar de frente
sabes que hubiese pasado.
Me queda aceptar tu decisión,
que aunque crucifique éste amor
y lo ensucie con tus actos,
mi amor seguirá estando limpio
y el tuyo, al reírte y al rendirte…,
otra vez…, repite lo fracasado…
A.Maestre