Hubiera cuánta placidez traído
un huerto, una casa,pero no fue.
Circunstancias me talaron la fe,
no teniendo el aroma desprendido.
A esta soledad he sido empujado,
yéndoseme de aquel vivo latir
el ameno espacio, para venir
a un sitio inameno, desangelado.
Se enlacia el ánimo de no tener
las rojas rosas al caer el sol,
de no mirar el naciente arrebol.
Aquí se cobija el Yo de mi ser
pesaroso, paseando el andar,
que separado fui de mi destino.
(Salvador)