A raìz de aquella reuniòn subersiva estallaron marchas, huelgas progresivamente, hasta llegar a un paro nacional en el cese de todas las actividades en el campo laboral del paìs, tanto en la empresa privada como en el sector pùblico, por supuesto la respuesta del gobierno no se hizo esperar, suspendiendo de inmediato las garantìas constitucionales a los ciudadanos. El silencio en las calles era sepulcral. Eran las 4 de la mañana cuando se dejan escuchar varias explosiones, Cristina se levanta y al ver por la ventana observa lo que tanto temìa, la guardìa esta en la calle intentando controlar a un pueblo que responde ante una crìsis nacional, donde el ciudadano desde hace mucho tiempo no goza ya de sus derechos, perdiendo los servicios bàsicos, (agua, luz, alimento, medicinas, viviendas, y la educaciòn que es el ùnica arma que tiene un pueblo). Ante aquel caos no tardaron en comenzar los saquèos y la sangre corrìo por las calles. La intervenciòn de una importante organizaciòn mundial en relaciòn a los derechos humanos, restableciò la calma en conversaciones con los màximos dirigentes del paìs. Se restablece el orden constitucional y llaman a referendùm. Asì concluye un nefasto gobierno para dar paso a nuevas generaciones para que trabajen todos unidos en aras del bienestar de un paìs. Alguien toca a la puerta y la saca de sus pensamientos, al abrir y ver a Carlos no puede evitar la emociòn y le brotan làgrimas de alegrìa, sin decir palabras se besan largamente hasta perder el aliento. -Amor ya lo se, ya lo se, ya estoy aquì, ella le toma de la mano y lo lleva al balcòn, organiza las notas dispersas en las butacas, toman asiento y Carlos le dice: -Veo que alguìen ha entrado a un portal y no ha parado de escribir.
y la vida continua...