Una bella niña bajo del cielo
cantando primaveras
con palabras nuevas.
Fácil no fue estacionar
su pequeña figura
en esta vereda otoñal.
Mas sus andanzas
ya irradian colores
y hacen del rocío
el agua fresca
que nuestro suelo requiere
para los brotes de esta siembra.
¡una bella niña!
¡una bella niña!
La bella princesa
que bajó del cielo
juguetea con la aurora
e inunda con su mundo invencible
la tarde que se riega de dulzura.
¡una bella niña!
¡una bella niña!
Hoy las puertas , las ventanas
las veredas
son castillos jugueteando en el jardín
y las risas se encienden fácilmente
cuando aletean los págjaros de pan.
Vuelven los sueños a iluminar la tarde
vuelve la infancia a inaugurar el día.
Los dolores que algún día fueron llanto
la niña que bajó del cielo
los transforma en canto.
¡una bella niña!
¡una bella niña!