No teníamos futuro, solo presente puro
no teníamos tiempo, ni horarios
ni mucho menos fechas en el calendario
éramos un hoy constante
desmenuzándonos en la risa de odio-amor
Quien puede predecir el final de lo incierto?
quien puede adelantarse al morontial existir?
quien pudiera haberme advertido, sino mi intuición
que la historia de las horas sin fin
se marchitaba como versos sin gracia
como aliento sin risa,
como un tal sabina sin Musa para su canción
Sobre dejarte ir, cuantas veces medite
hacerme fuerte en el olvido,
forjarme en laberintos, precipitados cuencos
del no rencor y dejarte ir
Sabia en lo profundo que un día cualquiera,
como una mañana serena, o un otoño frio
contraparte de la primavera, me dejarías ir
y yo sobre dejarte ir, lloraría dos minutos y
volvería a sonreír
Sobre dejarte ir, sobre dejarte ir
se trató el tiempo que pasamos por aquí,
cada vez que cerrabas la puerta
la incertidumbre de no saber si
sería la ultima vez de verte por aquí
Para tu asombro y para la suerte mala
de tu ego, esto ya me lo veía venir