En las inmensidades de la noche
he buscado en vano tu presencia,
vivo mis desvelos en un derroche
inclemente y lleno de ausencia.
Yo que siempre fui cantarina,
alegre, chistosa y ocurrente
hoy vivo como demente,
sucumbida en la rutina.
¿Qué le has hecho al alma mía?
Que perdió su natural contentura,
cuando dijo que te quería.
¿Será qué tu amor no es de su hechura?
¡A veces no quiero sin ti vivir!
Pero algo más sutil me reanima.
No hay tiempo aun para morir
y este amor aun me sublima
No tengo para la vida más razón
que pensarte en las noches frías,
arroparme de recuerdos el corazón
y sentir que tú, en verdad, si me querías.
¡Y si no me querías,
la vedad, es que tu perdías!