Ver morir a tanta gente
Que en mi juventud amé;
Ver el cómo, de repente,
Deja de ser lo que fue;
Esa mujer tan ardiente,
Ese artista que admiré,
Ese hombre tan valiente,
Amigo con quien hablé;
Esa hoz incontenible,
Esa muerte tan feroz,
Va con su paso temible,
Con conducta tan atroz:
Fría hoz incorruptible,
Sembrando sólo dolor…