Cae la tarde despacio
abrazando aún al día.
Alargando su agonía.
Y la vida detenida
ensombrecida la
contempla.
Cae la tarde y muere
el día.
Pálidos son sus
colores al
perder su
alegría.
Cae la tarde que se
esmera.
En hacer más
grande al día.
Y en mi alma se
derrama su
tristeza.
Cae la tarde y muere
el día.
Y en la noche que
te envuelve.
Olvidas que te
quería.
Y en mi alma que se
apaga no hay dolor
ni despedida.
Solo melancolía...
Rafael Pablo