Al contrario del agua que corre cuesta abajo
Y que jamás se regresa cuesta arriba…
Yo marcho alegremente por mi vía,
Buscando el ascenso, sin atajo.
Sin mirar hacia atrás, ni por si acaso
Y el momento vivir día con día,
Yo vivo a mi manera procurando la alegría
Sin temor a la victoria ni al fracaso.
Si vivir así, a mi modo, es un pecado
Y ofendo con mi vida al Dios eterno
Mi Dios en su bondad me ha perdonado.
Aun sabiendo que merezco yo el infierno
Por gozar del placer desenfrenado
Yo confieso: a un lado hago el rencor y a todos quiero.