Maldita esta opresión que siento en mi pecho,
Maldigo cada desdén que recibí de ti,
Maldigo tus besos de arcilla,
Maldigo tus mensajes y cada minuto que escuché tu voz,
Maldigo aquel día que te volví a ver
Y hasta el instante que fui tuya por primera vez.
Que el cielo mismo te haga sentir
cada lágrima derramada por ti.
Infeliz cobarde fuiste cruel vendaval que me hirió sin piedad,
Aún conociendo que era ya una pieza frágil
que se estaba volviendo a reconstruir.
Me trisaste por dentro
con cada penetración marcaste mi pecho.
Y en este mundo sin cordura,
lo que para ti fue una aventura
yo te hacía el amor mientras te entregaba mi pasión.
Miserable, cruel cobarde sólo concédeme un deseo:
\"Que a la suite de aquel hotel que siempre regresábamos
no regreses nunca más… que quede clausurado
porque ahí...usted violó mi alma y se adueñó de mis sentidos,
Pero si decides volver con otra,
pondré velas a los santos
Para que se te muera en el acto y no resucite nunca.
Y esa mierda de sentimientos al que yo llamaba amor
cuando miraba tus ojos tapatíos,
los ahogaré con cada puto recuerdo de tu cuerpo impregnado
de mi humedad, mi lluvia y mi aroma.
Los beberé con pimienta y coñac,
me comeré esas frases en el que me decías
que yo era tu diosa Afrodita muy rica y muchas cosas más
Las masticaré bocado a bocado
hasta que no quede huella de lo que tus palabras provocaron.
¡Recuérdame desgraciado!
Porque estoy segura que algún día te pesará haberme quebrado
porque la vida, el cielo o el destino te harán pagar con creces
este dolor que siento de carne y hueso… ¡infeliz cobarde!
PLUMA MÍSTICA