Y observo cómo las personas más especiales y sensatas de mi vida se alejan, me dejan, en contra de su voluntad, de la mía, y de este profundo cariño y respeto convertido en amor fruto de nuestra amistad. Y hacen de mi ser una revolución. Lo nuestro no es cosa de un día. Hemos llegado a este punto gracias al tiempo y a los hechos que hemos compartido. Mi corazón está de duelo porque te has ido sin pronunciar palabra, y se rehúsa a volver a sonreír. Y aún así no te odio. Mi alma está tan borracha en la desdicha que no tengo fuerzas para reclamarte. Y me consume el miedo a que lo bueno no dure. Aún tengo todo ese amor destinado a tí intacto en el corazón. Y es raro cómo estás habituada en mi subconsciente. Cómo cada día al despertar siento que aún estás y espero con ilución oler tu cabello y escuchar tu risa. Mis recuerdos ponen resistencia ante la intención de olvidarte. Y ante la situación decide intervenir la inspiración, la cuál no hace más que escribirte poemas.