Raiza N. Jiménez E.

Madre Luna.-

 

Luna me parece que lloras al llegar tu hora.

No te aflijas, recuerda que eres mujer y dueña

de la creación, par de pares y que pares vida.

Deja que tu luz se haga néctar en nuestras almas

Profanas y en estos gitanos corazones que te

cantan con amor y desvarío para verte bailar.

 

¡Cuando el alma baila el cielo se ríe de gozo!

 

No te aflijas, amiga mía, que lloraré o reiré por ti

No quiero verte partir en prematura existencia.

Que no te falte la luz y las estrellas acompañantes.

Luna, luna la vida celestial es tu cetro y centro.

En los altares del firmamento todo tu trono está.

Dispuestos los ángeles  esperan tu arribo y partida fugaz.

 

¡La madre lunar custodia tus alegrías y tristezas!

 

Eres dueña y señora de las aguas y de la existencia.

Reina, enseñoréate en tus  dones y dotes de señora.

Todos ante ti se rinden y se inclinan mirando al cielo.

Nunca oses esconderte con tu luz y con tu amor.

Eres la santa señal de la prosperidad y la ternura.

 

¡Iluminar la senda de los perdidos es tu misión de amor!

 

Eres la Madre celestial de las cosechas y las flores.

Vida misma de este universo que se postra ante el

Poder de tu vívido amor y  reguardo de los ciegos.

Gloriosa, madre eterna del cielo y  de la tierra.

 

¡Oh, Luna sagrada, por siempre, serás la iluminación!

 

 

Raiza N. Jiménez/