Te ofrezco mi cantiga enamorada
al son de la palmera y flor de mayo
ven cántame una linda serenata:
el éxtasis de amor con que te canto.
Y sea la canción de tu guitarra
la carta de un querube enamorado
pues quiero que se alegre la sabana
y todo lo que gira en nuestro campo.
Y sea tu versar la vellorita
que llega a regalar los crisantemos
del vino más calórico de vida.
¡Lo sé que tú vendrás como del cielo
a darme paz, amor, besos de almíbar,
y el más gratificante de un alegro…!